No solamente importa la cantidad de tiempo que pasamos durmiendo, también es importante la calidad del sueño. Cuando el sueño es interrumpido o acortado, puede que no hayamos pasado suficiente tiempo en determinadas etapas del sueño. En otras palabras, lo bien que hayas descansado y lo bien que funciones al día siguiente dependerá del tiempo total que hayas dormido y cuanto de las diferentes etapas del sueño has tenido.

Dormir nos ayuda a pensar mejor, tener un buen tiempo de reacción y a asentar los acontecimientos del día en nuestra memoria, ya que los procesos del aprendizaje y memoria se activan cuando dormimos.

Dormir poco puede tener consecuencias negativas a largo plazo, como falta de concentración; estudios indican que la falta de sueño influye en la toma de malas decisiones y riesgos innecesarios, lo que es la razón del bajo rendimiento de algunas personas en la escuela o el trabajo.

El sueño también afecta al estado de ánimo: si no dormimos suficiente estaremos más irritables y eso afectará a nuestro comportamiento y relaciones; esta comprobado que la gente con  falta crónica de sueño tiene más probabilidades de tener depresión.

Otros estudios han confirmado que tener baja calidad en nuestro sueño puede desencadenar enfermedades crónicas como hipertensión, fallas cardiacas y más. 

Además, durante el sueño, nuestro cuerpo produce determinadas hormonas; por ejemplo, dormir profundamente desencadena mayor liberación de hormona de crecimiento. Otros tipos de hormonas se liberan durante el sueño para ayudar a combatir las infecciones. Por eso dormir bien ayuda a evitar enfermedades y mantenerte sano.

Con información de Vivo Sano