El cómo envejeces depende solo de un 20% de tu genética, el 80% restante está condicionado por otros factores, entre ellos la alimentación.

Un estudio de la Escuela Universitaria de Medicina de Duke revela que hábitos como seguir una dieta baja en grasas, azúcares y sal, pero rica en antioxidantes, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso adecuado y reducir el estrés son las claves para mantenerse joven.

La mayoría de los procesos que ocurren durante el envejecimiento se deben a la oxidación de moléculas importantes, como el ADN, los lípidos o las proteínas, por la acción de los radicales libres.

Por eso es tan importante incluir antioxidantes en la alimentación, para así bloquear la acción de los radicales libres; Los alimentos más ricos en antioxidantes son las frutas y verduras.

  • Betacaroteno. Además de su acción antioxidante, resulta imprescindible para la renovación de piel y mucosas, ayudando a mantenerlas sanas; Lo encuentras en hortalizas y frutas de color anaranjado zanahorias, calabaza, mango, melocotón y también en verduras de hoja verde.
  • Vitamina C. Es indispensable para la producción de colágeno, que mantiene la piel tersa y elástica. Conseguirás alcanzar los 90 mg diarios que necesitas si tomas 3 piezas de fruta y una ensalada.
  • Vitamina E. Contribuye a evitar las manchas cutáneas. El aceite de oliva y los frutos secos son ricos en ella.

Por otro lado la escasez de líquidos afecta rápidamente el cutis porque se reseca y pierde flexibilidad, algunas recomendaciones para prevenirlo son:

  • 8 vasos de agua. Es lo que debes beber al día para combatir la sequedad cutánea desde el interior.
  • 5 frutas al día. Respetar las 5 raciones diarias de frutas y verduras contribuye a alcanzar un aporte correcto de agua y antioxidantes.
  • Caldos, zumos, infusiones. Son otra buena manera de conseguir el agua que tu piel necesita; Las infusiones de té verde, cola de caballo o zarzaparrilla, además de hidratarte, te ayudan a depurar toxinas.

Con información de Saber Vivir