El mármol es uno de los materiales más recurrentes para arquitectos e interioristas cuando se trata de dar protagonismo a una pieza. Como indican desde Levantina, la tonalidad del mármol se mantiene inalterable con el paso del tiempo, sobre todo si se utiliza en interiores. Si se quiere mantener el brillo natural del primer día, solo hay que volver a pulir y la piedra recuperará el brillo del primer día. El mármol se puede aplicar a encimeras, fachadas, suelos y paredes interiores. No hay más límites que los que ponga la creatividad.

Al ser una piedra  que se extrae de la naturaleza, el mármol tienen un aspecto único y especial con vetas y matices cromáticos diferentes. Esa exclusividad es inherente a este material y lo que hace que sea tan especial. Ahora es tendencia, pero en realidad es uno de esos acabados que nunca pasan de moda. Asociado quizá a ambientes más tradicionales, al volver a la pasarela decorativa con fuerza nos ha demostrado que es capaz de actualizarse y encajar en ambientes contemporáneos, conviviendo con otros materiales perfectamente

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