Psicóloga y psicoterapeuta Gestalt. Con más de 10 años de experiencia en consultorio privado; se dedica a dar cursos y talleres. También es coach empresarial y fue directora de una primaria durante 7 años en la Ciudad de México. La psicología es su pasión, la conexión con las personas y adentrar en los mundos profundos de tantas almas.

¿Por qué se genera distanciamiento entre parejas?

La distancia afectiva es un claro indicador de que existe una crisis en la relación de pareja. Este vínculo está estrechamente relacionado con la intimidad, con el compartir y disfrutar el uno del otro, siendo uno de los pilares esenciales. Por eso el vínculo afectivo requiere de un continuo cuidado.

Cuando nos importa la relación que estamos viviendo con esa persona especial estamos pendientes, prestamos atención y cuidamos todos los aspectos que refuerzan el vínculo. Además, lo hacemos sin otro fin que el de mirar juntos hacia un futuro compartido.

Esto sería lo ideal, sin embargo, muchas relaciones comienzan cuando las personas están cargadas de expectativas, de historias pasadas, de miedos e inseguridades. Esto hace que pueda complicarse mucho la comunicación, que haya malentendidos y que finalmente se genere una distancia afectiva.

Ser conscientes de estos momentos críticos, atender a las señales que van apareciendo puede ayudarnos a construir una relación sólida, que no se derrumbe al más mínimo conflicto.

¿Qué supone la distancia afectiva?

Conozcas lo que significa la distancia afectiva a modo teórico o no, esto es algo que seguro has experimentado en cualquier relación, ya sea familiar, laboral, de amistad o de pareja. Nuestros vínculos afectivos tienden a pasar por diferentes etapas y es inevitable estar menos presente en la relación ante ciertas circunstancias.

El vínculo afectivo nos une a la otra persona, permitiéndonos ofrecerle nuestra atención, escucha y comprensión. Es un acto de amor en el que no se espera nada a cambio. En este vínculo existe la intimidad, la confianza, el cariño y el cuidado mutuo, siendo estas características básicas.

Falta de intimidad y contacto sexual

Muchas dificultades que se van presentando en la relación de pareja nos sirven como indicadores de algo que está funcionando mal. Hacer oídos sordos o ponerse la venda en los ojos no solo lo complica todo, sino que además es el preludio de la destrucción del vínculo afectivo en la pareja.

La intimidad en la relación es una de las claves fundamentales que hay que atender, ya que al descuidarse se deteriora la comunicación, la confianza, el deseo sexual y las ganas de compartir gustos y pasiones. Cuando las situaciones de intimidad con nuestra pareja nos incomodan es necesario prestar atención al problema que hay debajo.

Manipulación y aislamiento

Cuando las parejas acumulan asuntos sin resolver, aunque sean pequeños, crean el hábito de no mostrar sus emociones. Van encerrándose cada vez más en sus propios mundos, aislándose y replegándose. Dependiendo de la pareja esto provocará fuertes peleas por lo más mínimo. También es una fuente de silencios, aburrimiento y falta de interés por estar juntos.

La manipulación en este sentido está presente constantemente, ya que al no expresar cada uno lo que se necesita y lo que quiere dentro de la relación, acaba apareciendo mediante reproches, chantajes, victimismo y todo un repertorio de actitudes que convierten la relación en tóxica. Esta situación informa claramente de la distancia afectiva.

“El amor es un desafío constante; no un lugar de reposo, sino un moverse, crecer, trabajar juntos. Que haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario con respecto al hecho fundamental de que dos seres se experimentan desde la esencia de su existencia, de que son el uno con el otro al ser uno consigo mismo y no al huir de sí mismos.”

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