Lobos BUAP vive su tercer torneo en su historia dentro de la Liga Mx, pero parece que fuera el primero, con su toma de decisiones, plantel y resultados, parece el clásico ascendido que solo está de paso en la competencia.

 

Lo que salva a los universitarios es la presencia de los Rojinegros de Atlas sino serían los últimos en la tabla con sus cuatro puntos, seis derrotas en ocho partidos y apenas cuatro goles.

 

Esta crisis profunda se hizo más que notoria ante América, donde teniendo el control del partido no pudieron hacerse del resultado o al menos empatar el duelo, mientras que las Águilas en una de sus versiones más pobres en solo dos llegadas definió su triunfo.

 

 

El plan de Francisco Palencia parece contradictorio, mientras el equipo necesita de gol, juega sin centro delantero y ni Bryan Rabello, Michaell Chirinos o el Gordo Tejeda (jugador más de ascenso), son capaces de concluir jugadas.

 

En el fondo solo se puede hablar de malos elementos, un Francisco Rodríguez que se ve muy cómodo en el club y que no parece entregarse al máximo, junto un Michael Orozco que en Puebla y Xolos no logró ser regular y que en Lobos no ha mostrado nada diferente.

 

 

Los refuerzos más que un fracaso, Yago da Silva tiene velocidad, pero corre a cualquier lado, Felix Crisanto tiene condiciones, pero poca madurez y ni hablar de Collin Kazim Richards que ya enseñó porque es un trotamundos del futbol.

 

Lobos BUAP tiene estructura, pero mal encausada, la directiva se reforzó, pero el plantel no lo hizo en la misma medida, es un equipo de Ascenso con disfraz de Liga Mx y los resultados lo prueban.

 

 

Gracias a la fecha FIFA son dos semanas las que tiene el equipo para reconectarse y poder hacer algo mejor, cualquier cambio podría ser bueno, pero realmente cambiarían las cosas. Si bien un sistema daría solidez, la falta de calidad futbolística siempre termina por aparecer.