Unas 145 ballenas piloto perdieron la vida tras quedar varadas en Isla Stewart, Nueva Zelanda, confirmaron este lunes autoridades del país oceánico.

El hallazgo se llevó a cabo el sábado pasado y para ese entonces la mitad de los ejemplares ya estaban muertos, mientras que los equipos que arribaron al lugar tomaron la decisión de someter a eutanasia al resto, debido a la dificultad para salvar sus vidas.

“Por desgracia, la probabilidad de ser capaces de reflotar con éxito a las ballenas restantes era extremadamente baja”, dijo a la agencia AFP Ren Leppens, gestor de operaciones del Departamento de Conservación de la Isla Stewart.

“La localización remota, la falta de personal cercano y el agravamiento de la situación de las ballenas implicaba que lo más humano que podía hacerse era la eutanasia”, añadió. “No obstante, siempre es una decisión dolorosa”.

En total, se reportaron cuatro incidentes similares en costas neozelandesas durante el fin de semana. En un año normal, las autoridades atienden 85 varamientos aproximadamente, en la mayoría de sólo una ballena.

No se sabe con exactitud por qué encallan las ballenas y delfines, pero algunas razones pueden ser las enfermedades, los errores de navegación, las características geográficas, un cambio repentino de marea, que sean perseguidos por un depredador y las condiciones meteorológicas extremas.