11 de septiembre es una fecha que desde el 2001 podemos decir que cambió la historia de la humanidad, lo ocurrido en las Torres Gemelas del complejo World Trade Center de Nueva York mostraron la debilidad de la nación más potente y nos pusieron de cara contra el terrorismo de una forma fatídica.

 

Los recuerdos de aquella fecha son muchos, las imágenes mucho más, pero una siempre es recordada por la forma en que describe lo ocurrido y los pensamientos que genera un evento de tal magnitud.

 

El fotógrafo Richard Drew de la agencia AP (The Associated Press) iba en camino a las Torres Gemelas para cubrir un evento de moda, pero los planes cambiaron cuando el ataque terrorista se dio. Con su cámara lograría captar imágenes impactantes.

 

 

Una de ellas fue titulada como The Falling Man, una que fue descrita por el fotógrafo como tranquila e íntima, en donde se puede ver a un hombre en posición perfectamente vertical lanzándose desde una de las Torres que lucen en la parte de atrás de la imagen.

 

Muchos le han dado su interpretación a la imagen: fuerza de voluntad, libertad, resignación, rebeldía, la composición perfecta. La instantánea fue tomada a las 9:41 de la mañana y describía la desesperación de quienes en los pisos superiores de las Torres no encontraban alternativas para salvarse de la catástrofe que acaba de ocurrir.

 

 

Después de la publicación de la imagen, junto a la indignación de algún sector del público, llegó la búsqueda por saber la identidad de The Falling Man.

 

Aunque no se ha confirmado una identidad tal cual, las investigaciones apuntaron a Jonathan Briley, un trabajador de Windows, hombre negro con piel clara, bigote, perilla y pelo corto, quien sería reconocido por su hermano Timothy.

 

Los periodistas que investigaron el caso prefirieron posteriormente llamar a la imagen como un cenotafio, un monumento funerario que no contiene el cadáver del personaje al que se le dedica.