En Japón uno de los hoteles que había causado gran expectación era el Hotel Henn-Na (palabra que puede traducirse como extraño) y el que tenía como gran atractivo que era atendido por robots.
243 unidades robóticas trabajaban, algunos tan fascinantes como un par de velocirráptores en el mostrados encargados del registro, sin embargo, el plan no funcionó como se esperaba y muchos ya han sido despedidos.
Esto se debe a que los robots comenzaron a ser más molestos que una solución, en parte por la necesidad de contar con asistencia humana.
Uno de estos ejemplos era Chu-ri-chan, un robot ubicado en cada habitación diseñado para apagar las luces o responder preguntas fáciles de atención, y que al poco tiempo empezó a mostrar fallas inclusive haciendo ruidos molestos por las noches al activarse por los ronquidos de los huéspedes.
Por esta razón, el hotel decidió despedir a la mitad de los robots con los que contaba, ya que la tecnología no estaba lo suficientemente lista para hacerse cargo de todas las labores, aunque el hotel expresó que volverán a intentar en el futuro automatizar por completo el hotel.