Cada noche, encerrados en casa sin atrevernos a ver por la ventana al cielo, ¿qué parte de la Naturaleza nos estamos perdiendo? Ahí, en las alturas, se encuentra la Vía Láctea revolotéandose dentro de una espiral, una densidad lumínica y oscuridad nebulosa. O al menos esa fue la imagen que el fotógrafo  Christian Sasse brindó al mundo de una noche al sur de Australia. 

La belleza fractal de la Naturaleza y el Universo puede ir más allá del entendimiento humano; sin embargo, la apreciación de la perfecta simetría deja hipnotizado a cualquiera. Es, en pocas palabras, una de las joyas más notables del cosmos.

Para Sasse, quien tomó varias series de 30 segundos, cada una con una diferencia de 50 minutos durante 10 horas la noche del 28 de abril, el resultado no es otra cosa que un camino de estrellas que exaltan el movimiento –pese a perder los detalles de la galaxia–: 

Lo que apareció [de la sesión fotográfica] fueron patrones circulares con una belleza intrínseca. Cada elemento de la Vía Láctea posee su propio patrón distintivo, y los detalles se volvieron cada vez más finos conforme uno se mueve más cerca al polo. La Vía Láctea está creando este patrón increíble todo el tiempo, y una manera que tenemos de inmortalizarlo es la manera que nosotros querramos.

Descubre los resultados del trabajo de Sasse: